Los riesgos habituales de la ciberseguridad incluyen ataques como malware, ransomware, phishing y accesos no autorizados que pueden comprometer la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos. Además de fallos humanos, vulnerabilidades en software y amenazas internas.
Software malicioso diseñado para dañar, robar o secuestrar información, como virus, troyanos o ransomware, que infectan dispositivos y redes. Además pueden propagarse por la red.
Tipo de malware que cifra los datos de una empresa y exige un rescate para restaurar el acceso, paralizando las operaciones hasta que se resuelva el ataque pagando.
Intentos de engañar a los usuarios para que revelen información confidencial, como contraseñas o datos financieros, a través de correos electrónicos o mensajes falsos.
Inundación de tráfico malicioso a una red o sitio web, con el objetivo de sobrecargar el sistema y hacerlo inaccesible a usuarios legítimos, paralizando copletamente el sistema.
Obtención ilegal de contraseñas y datos de acceso mediante técnicas como el keylogging, el phishing o la fuerza bruta, lo que permite acceso no autorizado a sistemas.
Manipulación psicológica de personas para obtener información o acceso a sistemas, aprovechando la confianza o el desconocimiento de los empleados.